domingo, 10 de octubre de 2010

Te verde

En todos los viajes se aprenden cosas. En ocasiones se trata de transformaciones personales que pueden marcar el futuro. Y a veces se trata de cosas más prosaicas, como por ejemplo que el te verde no se tira después de un único uso. Los chinos añaden agua una y otra vez hasta que pierde el sabor. Ya sabeis, agua caliente pero no hirviendo para que no amargue.

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