sábado, 16 de octubre de 2010

Huangshan inspiró la escenografia de Avatar



Dicen que quien ha visto la Montaña Amarilla, ya no necesita ver ninguna otra en el mundo. Puede que exageren, pero lo que es incuestionable es que las montañas de Huangshan ofrecen al visitante una escenografía impactante. Picos coronados por árboles en posiciones inverosímiles, abismos sin fin entre rocas escarpadas y todo ello invadido por la niebla que hace que el paisaje cambie cada segundo. Pero tan impactante como la montaña misma, es el hecho de que esta convertida en una enorme escalinata de kilómetros y kilómetros por la que suben y bajan, incansables, hombres de mediana edad cargados a la manera tradicional con  piedras de enormes dimensiones o las provisiones del restaurante que esta en la cima.



Entre los riscos se pasean macacos de grandes dimensiones y que a juzgar por la actitud con la que los guardias del parque les arrojan piedras desde la distancia, tienen la mala costumbre de robar comida y morder las pantorrillas de los turistas...

Y todo ello, aderezado, como de costumbre por miles de turistas chinos deseosos de captar en una foto la belleza del entorno, y si de paso pueden captar un occidental, pues mejor.

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