sábado, 1 de enero de 2011

Dos en la carretera

Fin de año.



Si uno lo pasa en casa y no hay tanta gente como para que se convierta en el escenario improvisado de una gala de los premios MTV, singstar en ristre, uno tiende a pasar la velada viendo las actuaciones casposas de cantantes con los que no perdería uno un momento en la "vida real". 

Y como mis propósitos de año nuevo incluyen más buen cine, una vez engullidas las uvas a ritmo campanero, dedicamos la velada a ver la clásica, sesentera y sin embargo intemporal "Dos en la carretera". 

Audrey es insultantemente encantadora desde el primer fotograma. y la historia es como la vida misma, en el fondo melancólica y llena de nostalgia por lo que fue y no puede volver pero trufada de momentos de humor, de instantes que hacen que el balance final sea positivo. 

Se trata de ver, con continuos saltos hacia atras y hacia delante en el tiempo la evolución de una larga relación de pareja siempre con la carretera como fondo y revisitando los mismos lugares. 

La estética tan sesentera está ahora de plena actualidad. Y no me canso de decirlo, Audrey está siempre magnifica, desde que casi adolescente se pasea con unos vaqueros demasiado grandes hasta que convertida en una burguesa acomodada luce con estilo diseños de Givenchy o de Paco Rabanne.

Imprescindible.

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