Tan pronto y ya estamos rompiendo los buenos propósitos... Es que este cochinillo desde el mostrador de la carnicería pedía a gritos una oportunidad.
Y es cierto que con el verano no apetece poner el horno pero no pasa nada si después del asado, comemos en el jardín y nos echamos allí mismo una buena siesta.
Asar un cochinillo es simple. Si conocemos a fondo nuestro horno.
Se trata de darle tiempo para que se ase bien y en la última media hora subir la temperatura para conseguir esa piel crujiente que se parte con un plato a la manera de los maestros asadores segovianos. Yo lo he tenido 45 minutos a 150º con la piel hacia abajo, otros 45 minutos con la piel ya hacia arriba. casi una hora y 20 más a 180º y 20 últimos minutos a 220º estos muy vigilados. Y como aderezo sólo sal aunque hay quien frota con manteca. y a veces es necesario cubrir orejas y rabo con papel de aluminio para que no se quemen.
De acompañamiento, una buena ensalada de lechuga y cebollas tiernas. Y lo dicho...una buena siesta.
Feliz semana a todos
3 comentarios:
Impresionante foto aunque creo que no me acercaras a tu mesa pero no dejan de maravillarme platos como este. Que pases un buen domingo!
Hola, acabo de encontrar tu blog por casualidad y me parece precioso, tienes unas recetas muy interesantes y por eso me quedo como seguidora. Quizá te interese pasarte por mi blog para mi será un placer. Espero que nos sigamos viendo por aquí. Un saludo
www.elpatodechocolate.blogspot.com
Hola, vaya pinta tiene el cochinillo, qué bueno!!!!!! me pasaré por aquí más a menudo, me encanatn tus recetas!!!!
Publicar un comentario