Otro recuerdo de Italia. Un antipasto que huele a verano, al sol de la costa amalfitana y a mañana de domingo. Un saquito de especias traído de Siena con guindilla, albahaca, orégano, perejil y quien sabe que otras maravillas despierta en un momento los sentidos adormecidos.
El pan, es casero y se mete en el horno a gratinar. Y sí, hay que dejar que se queme ligeramente. Se frota con ajo y se añade un generoso chorro de aceite de oliva virgen. Y yo le añadí tomates cherry recién cogidos y aún calientes por el sol y una pizca de especias mágicas y de nuevo otro chorrito de aceite. Cerrar los ojos para degustar y en un instante.....zas.... de nuevo a Italia y sin alfombra voladora ni nada.
1 comentario:
Gracias por traernos un trocito de itália país que adoro por los 4 costados!!!!Muaks y feliz domingo!!!
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